E inevitablemente llegó el día de regreso a casa. Después de pasar la última noche de fiesta en la que todos estábamos de vuelta en el hotel sobre las tres menos cuarto, nos levantamos a las siete. Tras un buen desayuno, emprendimos viaje de regreso a las nueve y cuarto.
El viaje transcurrió tranquilo, pues todos estábamos rendidos por el cansancio acumulado durante estos días. Unos con más ganas de llegar a casa que otros, pero casi todos con ganas de volver a repetir experiencia (esta vez, quizás, sin los profes, que a veces son "demasiado controladores").
Hicimos tres paradas a lo largo del camino: una a media mañana en la provincia de Zaragoza, otra más larga a mediodía cerca de Bilbao en la que dimos buena cuenta de nuestro ya famoso pic-nic, y finalmente en Unquera (Cantabria), a media tarde.
El final del trayecto, ya algo más despejados, fue más ameno pues se compartieron experiencias vividas y alguna que otra risa.
Ahora nos espera a todos unos días de descanso y de disfrute con nuestros amigos y familiares, ya que el regreso al "insti" el próximo día veintiséis supondrá el comienzo de la última fase del curso, el estudio diario, los exámenes finales,...
¡Pero volveremos con las fuerzas renovadas, recordando las vivencias de este viaje!
